viernes, 25 de diciembre de 2009
jueves, 24 de diciembre de 2009
evocando
teoría democrática 3: sobre el gobierno
Tradicionalmente se ha concebido el gobierno como una entidad que ostenta el poder de una manera global, con sus divisiones internas por competencias, pero de una manera u otra siempre a fracasado. Prueba de ello es que no hay sistema que dure mil años ni ninguno donde todos sus habitantes estén contentos.Siempre se busca una cabeza que destaque, en cualquier gobierno. Incluso las juntas de gobierno suelen tener a alguien que parta más bacalao que el resto, y por lo general son transitorias y alejadas de la democracia. Podría democratizarse más un sistema si el gobierno estuviera en manos de un grupo de personas. Es decir, no depositar toda la responsabilidad en una persona. Una junta de gobierno en la que todos sus miembros tuvieran el mismo poder aunque se ocuparan de cosas distintas. Un consejo de ministros sin presidente. Me explico. Hablamos de un sistema en el que los votantes elegirían un parlamento (ni a discusión se plantea la posibilidad de listas cerradas) que a su vez elegiría a la junta de gobierno, a los diferentes ministros. Pero no a todos ellos directamente. Un gran inciso para explicar este pero:Por la deriva de competencias de unos organismos a otros nos encontramos en el caso, por ejemplo, de la España de las autonomías con unos sistemas educativo y sanitario distintos en cada región. La medicina es una ciencia igual para todos los seres humanos; no es lógico por tanto que los niños de Teruel se vacunen a distinta edad que los de Málaga. Ocurre algo parecido con la educación. Hay que señalar que sería un sinsentido generalizar para todas las regiones materias como los distintos idiomas regionales. Pero tan poco sentido tiene eso como impartir saberes universales de distinta forma en un sitio que en otro (contar distintas historias, etc.).Hay pocos diputados profesores y menos aún médicos (las dos figuras más importantes de esta sociedad a mi entender, y las dos figuras al servicio de la misma, pagadas por ésta en su conjunto). Es penoso por ejemplo analizar, siguiendo en España, la interminable lista de sistemas educativos, cuál más incompetente y absurdo. Solución: habría que llamar a Ockham. ¿Quién sabe de educación? Los profesores. ¿Y de sanidad? Los médicos. Es así de simple. Habría que pensar un sistema en el que fueran los colectivos educativo y sanitario quienes se ocuparan de sus respectivos ministerios, de los sistemas educativo y sanitario. Para ello los profesores elegirían de entre ellos a los miembros del ministerio de educación, y médicos enfermeros, etc. elegirían a los miembros del ministerio de sanidad. Pero en un sistema democrático es necesaria la participación popular por lo que las votaciones de los profesionales serían para elegir a la mitad de los componentes de los ministerios, mientras que la elección de la otra mitad sería cosa del Parlamento. Es decir 50% de profesionales y 50% de representantes. Y dentro de cada ministerio ya formado se elegiría al ministro, o sea al miembro de la Junta de Gobierno.Por tanto nos encontraríamos ante una junta de gobierno formada por los diferentes ministros elegidos por los diputados, a excepción de los ministros de educación y sanidad que serían elegidos desde sus ministerios formados a su vez por dos partes, una elegida también por el congreso y otra por los profesionales de sus áreas.He aquí el problema: la figura de un presidente es necesaria a la hora de tomar decisiones extraordinarias. Craso error. No tiene por qué ser así. Como he descrito la Junta de Gobierno se formaría por el ministro de agricultura, el de hacienda… Así al suceder una eventualidad que requiriera de una rápida actuación asumiría plenos poderes para el caso el ministro del área a la que afectara dicho problema. Pero siempre en el extremo caso de no poder reunirse la Junta.
viernes, 18 de diciembre de 2009
teoría democrática 2: sobre los sueldos
jueves, 17 de diciembre de 2009
teoría democrática 1: sobre el sufragio
jueves, 10 de diciembre de 2009
releyendo
jueves, 3 de diciembre de 2009
reunión de payasos en viena
eso
Y pienso en ti, y pienso en ellos... y justo aparece esa tonta conclusión: "podría ser peor". Y giro una curva y allí, delante de mi frenazo, el pobre animal desorientado, blanco, rocinantesco, con el rabo entre las piernas, andando cinco metros y girando trescientos ochenta grados sobre si mismo, y avanzando otros cuantos metros, y los conductores esquivando. Y entonces paro y mientras contemplo la triste escena que se repite una y otra vez busco el teléfono para poner a caldo a nuestros queridos agentes de la benemérita; esos que me mandaron a tomar por el culo hace ahora justo un año cuando vi por primera vez al animalejo detrás de mi casa. Pero no, lo he dejado en casa porque necesitaba descansar. Da igual, me van a volver a mandar a la mierda. Pero ¿qué clase de subnormal puede cometer tal irresponsabilidad? ¡He aquí la obra maestra del Creador!