sábado, 20 de noviembre de 2010

deconstrucción

Ahora, después de dos años en Humanes, voy a comenzar a vivir en mi habitación. Es alucinante la influencia que puede ejercer sobre mí el ordenador. Es así como me doy verdaderamente cuenta de ello. Y es que con el portátil no tendré que continuar en el salón por más tiempo. Desde que vine de Benidorm no pasaba tanto tiempo en ella -entendiendo ella por la que sea en cada momento-. Aquí me limitaba a dormir y a estudiar. Prueba de todo esto es que parece la habitación de un niño de 12 años, lo que era cuando la dejé. 

Me ha surgido por tanto la necesidad de adaptar este nuevo espacio a mi yo actual, y sin saber bien cómo, he acabado con dos grandes cartulinas entre mis manos. Estaban guardadas en el armario, en una posición y un lugar propicio para su buena conservación, para pasar desapercibidas durante meses y meses, y, por consiguiente, para generar una agradable sorpresa al ser redescubiertas. Cuándo fueron decoradas es algo que bien sé: octubre de 2008; esa fecha que lo cambió todo. Rápidamente he acudido al cajón donde había también escondido algunas notas más.

El hilo de agua salada ha estado al borde del precipicio de mi vista bastante rato mientras veía fotos de un despertador de plástico con un post-it portador de un curioso mensaje: "A ver si llegamos más pronto"; o de un busto de un personaje clásico con palestina, gafas y espumillón. También al leer cosas como "(...) te has ganado un hueco en nuestros corazones!" del puño y letra de una Estela; "P.D: No abandones la xirimita!" de una tal Alba; "Nuestra lucha seguirá." escrito por alguien que firma como J.León; u otras muchas como "Si hace falta vamos hasta Guadalajara (México) a pata." por Jose, "¡¡Masticahierros!!" por Jordi, "Tres años de risas y amistad no se olvidan fácilmente." por Jorge, una rima tonta de Tati, un "Idiota" de Zenu... O algo tan simple y profundo como "Cuenta con nosotros.", escrito por Bonny. Y he recordado algo más.

Todo esto significa entender que alguien fuera de mi casa, al menos, sabe quien soy. También significa poder ahondar en la comprensión del porqué escuchar a la Gossa Sorda siendo antinacionalista, porqué viajar al Mediterráneo dos veces al mes, porqué estudiar Historia, porqué oler con más fuerza la lluvia, porqué ser ateo... Y es que mi vida ha consistido en ir de un lado para otro, permaneciendo en cada sitio lo suficiente como para profundizar en las relaciones personales, para comenzar a comprender cada realidad, para ver las cosas desde dentro y desde fuera. 

No recuerdo de Pinto más que imágenes sueltas de la casa. De Torrevieja tengo en la retina los cromos de perros de los bollicao para el recreo, el viento del otoño, los pavos reales, los nombres de Borja y Jose, sin tener ninguno cara ni voz, la caseta de la terraza, las cunas de madera, el teléfono para llamar a La Mierla al bajarnos de Fiat Regata, la playa en la que el coche de mi abuelo quedó varado entre duna y duna, a Josefa, al del Audi, a los ingleses del edificio. De La Mierla lo recuerdo todo; las bicis, la "obia", las rodillas y codos encostrados de continuo, las historias de mi abuelo, lo que moja el agua de la reguera de la huerta, jugar a los primitivos, la lumbre, polis y cacos, los estudios de mi madre, los belenes repletos de musgo, Érase una vez..., los lego, los pinos, la nieve, la cabeza abierta por una barra de hierro, la varicela en familia, las fiestas con los disfraces y las cintas. En Humanes crecí bastante más. Un coche que me atropella, la casa vieja, el colegio de abajo, el frontón, el parque, don Fernando, las peonzas, el fútbol, más bicis, el gato, catequesis con el cura, las tablas de multiplicar, Navacerrada, el comedor, el Gran Turismo, el bar de La Mierla, Digimon, los padres de baja, el boley ball, el colegio de arriba, Petete y Perucha, las primeras botas de tacos,  Mago de Oz, gordos contra flacos, la piscina, Corea y Japón, Yunquera, el copilotaje. Y de ahí a Benidorm. Y Rosa Vidal, y la playa, el fútbol, el peché en la noria, París, Marta, el calor, Llorente bus, el MP3, Messi, las lluvias torrenciales, la zapatería, Cazorla, los test de Cooper, peñas, el pelo largo, Donde Cristo perdió el Botijo, la quiemada, juventudes, el flamencotón, Grease, de camarero, Consejo, Latín y Griego, Público, la xirimita, el faro, mi padre, Ficcions, La Sombra de un Nogal, Filosofía, El Mundo a través de los Pasillos, autobús. Y en Humanes más. Guadalajara, Buero, cerveza, Terry, frío, Unamuno, Escapada, Valle-Inclán, el pub, autobuses, Arte, la abuela, Madrid, Nietzsche, selectividad, el carné, Benidorm, Rover, verano, Alcalá, Historia, nieve, frío, Arsuaga, porras y periódico, los Martes de Cerves, el Decano Rock, Contemporánea, la fuente, Magisterio, flotadores, Ortigueira, Oporto, Huéscar, Tele Pizza, Lotero...

Y ahora vuelvo a una de las cartulinas. En grande está escrito con mayúsculas "SEGUIREMOS SIENDO 11" -refiriéndose a los habituales-. Me doy cuenta de que eso no se ha cumplido. Ahora somos más, más estando yo a quinientos quilómetros...

miércoles, 10 de noviembre de 2010

universidad: espacio crítico

censura en filosofía y letras

¿Quién no ha oído alguna vez a “la gente buena” comentar lo delicuentes y violentos que son los jóvenes de hoy en día? ¿Quién no ha presenciado una tertulia en la que se ridiculiza a los estudiantes por defender los valores en los que creen? ¿Cuántas veces vamos a recibir porrazos en las manifestaciones, para luego llegar a casa y escuchar al político de turno diciéndote “hay otros métodos para protestar”, “hay vías pacíficas”, “hay espacios preparados para eso”?

Los jóvenes vemos estas situaciones como algo cotidiano, normal, y aunque deberíamos sentirnos heridos en nuestro orgullo, nos sentimos incomprendidos. Ante esta situación, Administración-Gerencia de la Facultad de Filosofía y Letras, ha optado por ponerse a la cabeza de la REVOLUCIÓN, no permitiendo que sus alumnos caigamos en el error de realizar exposiciones, charlas o protestas pacíficas en los recintos de la Universidad. Saben que no vamos a tener una amplia repercusión dentro de sus muros, por lo que, siempre mirando por el bienestar de sus alumnos y, por qué no decirlo, de la Sociedad Española, nos arengan con proclamas revolucionarias como “A PROTESTAR AL AEROPUERTO” o “AQUÍ DENTRO NO, A LA PLAZA DE CERVANTES QUE ES MÁS GRANDE”.

Creemos que esta forma de ver las cosas, junto con su posible progresión (no sabemos muy bien si aritmética o geométrica), dará el empujón definitivo a los movimientos estudiantiles, y convertirá a Administración-Gerencia en el faro aglutinador de los movimientos sociales en general. Lo que no sabemos muy bien es lo que opinarán nuestros gobernantes ante esta situación, ya que su política de “hay espacios preparados para eso” choca frontalmente con la de “a protestar al aeropuerto”.

Dejando esta duda en el aire, y sabiendo de antemano que este “pasquín” hará honor a su definición y será retirado después de un efímero tiempo de exposición (quién sabe si para seguidamente exponerlo en algún lugar de mayor repercusión), nos despedimos dando las gracias a Administración-Gerencia, por su lucha incansable por los más desfavorecidos y olvidados de esta nuestra sociedad.

Colectivo Miles de Voces

domingo, 7 de noviembre de 2010

niños

Una respuesta huele cuando una pregunta duele.

La etapa de la vida más ligada y comprometida con la experimentación, la búsqueda de la verdad y, en muchas ocasiones, el escepticismo, es la niñez, sin ninguna duda. Las preguntas son compañeras infatigables de la lengua de un niño; todo es cuestionable, todo se cuestiona. Se trata de un individuo conociendo el mundo cubierto sólo por una fina tela apenas impregnada de algún tempranero prejuicio, sólo eso. La inocencia -lo tenga Zaratustra por bien dicho- es la más fuerte aliada de la sabiduría; las "verdades" luchan contra ella.

Así es como el niño se encuentra a diario con dilemas que ha de resolver. Y con su compañera la pregunta se embarca hacia el conocimiento. Pero ahí esperan la mentira, la manipulación, el miedo, el sistema... y se lanzan, como hombres, a por él. Y se cambian las palabras, y se reprimen preguntas impertinentes, y se castigan  diferencias, y se maltratan iniciativas.

Y entonces el colegio se convierte en la tumba de ese niño y su inocencia y su razón y su crítica; y su filosofía queda limitada a los deberes.