Al abrir los ojos contempló. Podía tocar el horizonte; todo ensombrecía si intentaba tapar el sol con las manos; y los árboles se mecían al son de su parpadeo. Todo lo que había soñado se erigía ante ella; todo lo que ante sí hallaba era fruto de la añoranza. Y cuando se sentía la criatura más afortunada de la creación apareció el señor Caracol y le dijo: "Esto, muchacha, no va a ningún lado".
4 comentarios:
OStia! ahora enlazas personajes de otras entradas eh? esto es novela coral pura!
jajajaja novela folletinesca!
También, también. Gracias google
google? jajajajaja
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