El tiempo, ese gran desconocido. Cuando parece que todo va bien, que el viento sopla en la popa, llega el tiempo y se acaba. Y entonces aparece la masturbación, ese estado de fervor frenético donde lo íntimo se convierte en placer. Y al marchar todo a pedir de boca, regresa el mal humor del tiempo, y éste coge y vuelve a acabarse. Después... después ¿qué queda?
Extraido de la páginas de atrás de uno de mis cuadernos de "pa' tó".
Probablemente enero de 2010.
1 comentario:
NO ME DEJAN MASTURBAR
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