Es imposible imaginar la posibilidad de legalizar la poligamia, por ejemplo. Es algo que algún día llegará, ahora es peligroso. Las políticas de género son un ejemplo más claro de normalización impositiva para acabar con una situación terrible. Una sociedad como la actual no está preparada para aceptar objetivos definitivos directamente. Los procesos de adaptación no dejan de ser dictaduras del proletariado o asociaciones feministas. Antes o después se podrá gozar de todos estos presupuestos totalmente adaptados a la sociedad. Pero ¿con qué autoridad se puede prohibir a alguien maduro casarse con dos hombres, compartir, o hacer chistes machistas?
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