jueves, 24 de diciembre de 2009

evocando

Aristóteles, el cénit del saber griego, soñaba con otras épocas. Alababa los tiempos de la Pentecontecia, tiempos que ni su maestro había vivido. Yo, cénit de nada, sueño también con otros tiempos. Tiempos en que la intelectualidad estaba en un templo. La Edad de Plata qué lejos queda... Ojalá algún día pueda verse algo igual.