domingo, 17 de enero de 2010

escalofrío

Todo el mundo -yo por lo menos- agacha la cabeza y se tapa el cuello cuando escucha hablar de un degollamiento o de que alguien se ha tragado la nuez. Debe ser un mecanismo de defensa. Ahora mismo me está recorriendo la cabeza y sobre todo la cara una sensación parecida, extraña. Tenía que escribirlo porque nunca antes me había pasado. Me da "cosa" apretar mucho los dientes. Y todo por una cosa que he leído ahora mismo del libro "El collar del Neandertal" de Juan Luis Arsuaga. Lo copio aquí. No se si a alguien le producirá la misma sensación.
Dice, hablando del toro supraorbitario del Neandertal (el hueso que le sobresale sobre los ojos,vamos, las cejas):
"Por detrás del toro supraorbitario la frente era bastante más aplanada en los neandertales que entre nosotros. No se sabe muy bien para qué servía el toro supraorbitario, aunque podía tener múltiples funciones, como proteger los ojos de los golpes que les vinieran desde lo alto y, a la vez, absorber las tensiones mecánicas que se generan en los huesos por la masticación; tales esfuerzos se transmiten desde los dientes hacia arriba y podrían literalmente despegar la cara del resto del cráneo a la altura de la frente si no fuera por esa estructura de refuerzo (el toro). (...)"

2 comentarios:

Jordi Let dijo...

jeje. Creo que no me ha dado exactamente la sensación que a ti, pero algo ha habido, algo ha habido...

D. Perucha dijo...

jaja, yo he estado apretando los dientes de distintas formas (sin forzar) para ver como era eso del estres de la masticación