martes, 26 de enero de 2010

muchacha

Al abrir los ojos contempló. Podía tocar el horizonte; todo ensombrecía si intentaba tapar el sol con las manos; y los árboles se mecían al son de su parpadeo. Todo lo que había soñado se erigía ante ella; todo lo que ante sí hallaba era fruto de la añoranza. Y cuando se sentía la criatura más afortunada de la creación apareció el señor Caracol y le dijo: "Esto, muchacha, no va a ningún lado".

4 comentarios:

jordi dijo...

OStia! ahora enlazas personajes de otras entradas eh? esto es novela coral pura!

D. Perucha dijo...

jajajaja novela folletinesca!

Jordi Let dijo...

También, también. Gracias google

D. Perucha dijo...

google? jajajajaja