martes, 16 de febrero de 2010

así lo aprendí yo

Nuestra posición, la del ser humano, es tan importante como la de cualquier otra especie animal o vegetal. La idea de bien y la idea de mal son convenciones. Realmente cualquier término puede ser catalogado como convencional. Me quedo con los términos natural y artificial. No son más que otro ejemplo de la interminable e incansable tarea de nuestra especie por intentar diferenciarse de la Naturaleza. Todo lo que hay es natural. Si no es así, todo lo que hay es artificial, no era así en principio. Un hormiguero ha sido creado por hormigas, un acantilado por el agua y el viento. En todo caso podríamos hablar, queriendo acercarnos a la verdad, de que lo artificial es aquello creado por los seres vivos, o incluso únicamente por los animales. Nosotros somos animales, pertenecemos a la Naturaleza. Naturaleza significa ser, esencia. Todo lo que es es natural. Todo lo humano es natural. Como todo animal, tenemos pautas de comportamiento, modos de vida, naturaleza. Si esto es matarnos los unos a los otros, deforestar selvas o matar desde ballenas a mosquitos, e incluso microorganismos; si esa es nuestra naturaleza, pertenece a la Naturaleza, es natural. Hablar de que destruimos la Naturaleza es otra prepotencia más; es asegurar que nos podemos sentar a la mesa con Ella. No es menos natural un desierto que una selva, o menos un agujero en la capa de ozono que un tupido manto de éste envolviendo la Tierra. Incluso la destrucción de la Tierra sería algo natural; la Naturaleza, como ya he dicho, es todo.
Ahora bien, dentro de nuestro convencionalismo, hay que intentar rodearse de lo que más se parezca a esa idea de bien.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena diferenciacion Daniel!jajaja

D. Perucha dijo...

no se... cosas de pensar cuando te aburres!

Anónimo dijo...

jajajaja pues...aburrete mas amenudoo

D. Perucha dijo...

jaja lo hago